Por Malawi, el día en que llegué a Nkhata Bay crucé un bosque de los llamados «árboles de la goma». Con su sabia, los locales construían pelotas increíblemente resistentes y perfectamente esféricas.
Por Malawi, el día en que llegué a Nkhata Bay crucé un bosque de los llamados «árboles de la goma». Con su sabia, los locales construían pelotas increíblemente resistentes y perfectamente esféricas.